Muchos pueblos de la geografía española recibirán por estas fechas la llegada de familiares y amigos para disfrutar de las noches frescas en el monte, de sus casas cerradas en invierno, de los paseos con viejas amistades. Este regreso temporal, acentuado este año por la crisis económica, marcará los veranos de los pueblos ya que se multiplicarán las actividades culturales, se mejorarán los ingresos en los comercios y en la hostelería, en definitiva, insuflará vida y alegría en las chimeneas sin humo de nuestros pueblos.
Es curioso recordar, cuando celebramos el año Europeo de la Creatividad y la Innovación, que una de las causas principales del éxodo rural en el siglo XX fue la innovación de la maquinaria agrícola. Las máquinas virtuosas sustituyeron a la mano de obra, que acompañada de los animales de carga hicieron del campo su hogar durante siglos. Es importante reflexionar sobre la importancia de este fenómeno, que originó (junto a otros muchos factores igual de importantes) la marcha de familias enteras a trabajar en las ciudades.
Con el paso del tiempo, la innovación y la creatividad han dejado de dar la espalda al medio rural; poco a poco, el medio rural va subiendo escalones en calidad de vida, servicios, actividades de ocio y cultura, etc. Esto implica que los avances en lo relativo a la innovación y la creatividad no influyen negativamente en el futuro del medio rural, como sucedió en el siglo XX, sino que permiten afrontar con esperanza un nuevo modelo de integración con el territorio, adaptándose a un sistema de red escalado con respecto al medio urbano donde los avances de la sociedad llegan hasta el último pueblo; tarde, pero llegan. Podemos nombrar varios ejemplos representativos; el más generalizado es la nueva Televisión Digital Terrestre, un servicio universalizado que mejorará los cauces de comunicación de radio y televisión en toda España. O el empleo de las redes sociales en internet para “captar” personas vinculadas a las zonas rurales por razones familiares o vacacionales, ofreciéndoles información directa sobre su territorio y aproximándoles cada vez más al día a día de la vida en un pueblo (¿quizás facilite un retorno de población al medio rural?).
En definitiva, el medio rural se enriquece día a día y ya es un territorio atractivo para quedarse a vivir. La innovación y la creatividad se han convertido en aliadas del campo y han dejado de ser enemigas. Ahora el siguiente paso es que se conozca en las ciudades la nueva realidad rural para facilitar el retorno de la población y que los habitantes actuales asuman la nueva situación y ayuden a los nuevos pobladores a sentirse como en casa. El retorno a las raíces puede ser un hecho en las próximas décadas. Veremos.
José Manuel Salvador.
Director de EuropaUROPE DIRECT CAIRE (Molinos, Teruel)