lunes, 13 de julio de 2009

Por una sociedad creativa



El real viaje del descubrimiento consiste no en buscar nuevas tierras sino en tener nuevos ojos”. Marcel Proust

Prosigo con el comentario de Raquel Moreno en su viaje de las ideas innovadoras sobre la importancia de alentar y fomentar las actitudes creativas y emprendedoras vinculadas al aprendizaje continuo, como un valor esencial para nuestro futuro. Se hace necesario un sistema educativo que no sólo enseñe respuestas sino que muestre la importancia de aprender a formular buenas preguntas y propiciar un ambiente rico en oportunidades, en el que se fomente la investigación entre los estudiantes, y en el que la participación en actividades extra curriculares como conferencias, talleres y coloquios sea cotidiana.
Algunas de las características por las que destacan las personas creativas son: la confianza en sí mismas, la flexibilidad, la tenacidad, la curiosidad intelectual, la capacidad de asociación y de intuición, etc.
Alcanzar estas habilidades de pensamiento y personalidad requiere bucear en la mente de cada cual y para ello resulta primordial un entorno educativo y social que permita y apueste por este aprendizaje.
Establecer una corriente social en la que se fomenten y valoren estos aspectos generará una sociedad con personas más seguras y con criterios propios, capaces de adaptarse rápidamente a nuevas situaciones u obstáculos imprevistos.

Muchas veces creemos que la creatividad es algo reservado a pocos genios, o sencillamente nos bloqueamos a la hora de expresar una idea por miedo a hacer el ridículo. Por otra parte, las normas culturales nos hacen ver y pensar de una manera muy determinada, imponiendo una visión a menudo limitada de lo que nos rodea.

Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” Albert Einstein
La creatividad emana de la imaginación que se libera de lo convencional rompiendo las reglas y accediendo a espacios que la lógica cotidiana no alcanza. Requiere intentar cosas nuevas y buscar soluciones, en vez de quedarse paralizado ante el problema.
Se dice que la creatividad es condición necesaria para el crecimiento de un país y que aquellos que apuesten por una sociedad creativa serán los potencias del futuro como sucede con Suecia.
En cualquier caso una sociedad creativa, tanto rural como urbana, será una sociedad más humana. Aquellas personas y sociedades que apuesten por este aprendizaje tendrán como fundamento de base el respeto a uno mismo y a los demás, donde la escucha, el debate y el diálogo sean valores reales y no sólo retórica.
Aránzazu Rodríguez Diez
ED de Cederna Garalur

martes, 2 de junio de 2009

El viaje de las ideas innovadoras


De Berlín a Barcelona, de Barcelona a Guadix. De la cabeza de Monika a una pieza compacta, rugosa, mezcla de vegetal y mineral. De la potencia al acto, de la idea viajera al ladrillo ecológico de cáñamo.

Para mí ha sido siempre motivo de interés el porqué algunas ideas se quedan en eso, en ideas, mientras que otras abandonan su etéreo estado y se concretan en algo material, tangible. Quizás la biografía de quien idea tenga algo que ver, también su carácter, las circunstancias concretas en las que surge la iniciativa, pero hay algo más, algo… ¿misterioso?

Las grandes mujeres y los grandes hombres de la historia, ¿no han sido siempre innovadores? Yo diría que sí. Por algo esa capacidad de crear, de idear nos diferencia como especie. Pero estamos en un periodo de nuestra evolución como sociedad en la que no basta con que unos pocos innoven, sino que es necesario que convirtamos esa posibilidad que nos brinda nuestra naturaleza humana en una actitud comunitaria, generalizada, que nos permita dar respuesta a los grandes retos que se nos plantean como sociedad global.

Volviendo a la historia de Monika Brümmer, parece que hay algunos elementos clave para que se haya convertido en la creadora del Cannabric, un innnovador ladrillo ecológico patentado, hecho de cáñamo, cal hidráulica natural y una mezcla de minerales que permite construir casas saludables en las que el consumo de energía es muy bajo.

Por un lado, fue precisamente en el proyecto fin de carrera de esta arquitecta alemana afincada en la Andalucía rural donde todo se inició. La formación tiene pues un papel fundamental en el intento de transformar esa idea en algo práctico. Por otro lado, fueron necesarios muchos experimentos posteriores para que su invento pudiera efectivamente aplicarse a todo tipo de construcciones como ella deseaba y mucho empeño para crear una empresa a partir de ahí. Me atrevería a decir que ese tesón va ligado a una firme confianza en las posibilidades propias que es factor imprescindible para emprender. Y ¿no se aprende eso también?

¿No serán entonces la educación y la formación las alas que necesitan las ideas para hacer el viaje de la innovación? Yo estoy convencida de que sí, de que ese es el secreto. La sociedad basada en el conocimiento no es una expresión vacía, aunque es cierto que se puede malinterpretar fácilmente limitándola. No se trata únicamente de promover el conocimiento técnico y científico imprescindibles para la innovación, sino también de alentar y fomentar desde todas las instancias educativas, las familias y la sociedad en general las actitudes creativas y emprendedoras vinculadas al aprendizaje continuo, como un valor esencial para nuestro futuro.


Raquel Moreno Vicente
Europe Direct Andalucía Rural

jueves, 21 de mayo de 2009

Innovar y crear en el medio rural



En este año en que celebramos el Año Europeo de la Innovación y la Creatividad en toda la Unión Europea, nos podemos parar a pensar qué es innovar y crear para los habitantes del medio rural.

A primera vista, parece que los conceptos de innovación y creación no deberían ser distintos dependiendo del lugar donde se lleve a cabo, pero, en la práctica son significativamente diferentes, ya que las situaciones a las que se enfrentan los habitantes del medio rural es bastante distinta al conjunto de la ciudadanía.

Nos bastaría con poner un ejemplo. Podemos considerar innovar en el medio rural la iniciativa llevada a cabo por un grupo de mujeres en un pequeño pueblo donde se juntaron un grupo de amigas para crear una asociación, a través de la cual pusieron en marcha una cooperativa de reciclaje de residuos donde, actualmente, trabajan 15 personas, todas ellas mujeres u hombres discapacitados, y en cuya tarea prefieren sacrificar la utilización de maquinaria para así tener mayor labor social y dar más empleo. Pero no se queda la innovación sólo en eso, si no que más adelante ponen en marcha una residencia de ancianos que consiguen concertar con la Administración y para cuya finalización recurren a otras ideas creativas, ponen en marcha el Banco Solidario y una especie de Lista de Bodas, para el mobiliario.

Con el Banco Solidario, consiguen que particulares y empresas les presten dinero a interés 0 para poder ir llevando a cabo sus proyectos y creando empleo, ya no sólo en su pequeño pueblo, sino en los pueblos vecinos. Y lo que a mi parecer, es más innovador, el mobiliario de la Residencia, lo consiguen con la colaboración de resto del pueblo que creen en lo que están haciendo sus vecinas y son ellos los que compran una cama, una silla o una cortina.

Pero innovar en el medio rural también es, poner en marcha una empresa de cultivo de plantas hidropónicas que depuran las aguas residuales en cualquier lugar del mundo. Y todo ello puesto en marcha por un chaval joven de un pueblo pequeño.

O que un grupo de mujeres que únicamente se dedicaba a trabajar en su casa pongan en marcha una cooperativa de servicios de proximidad y se dediquen al cuidado de ancianos y a limpieza de edificios.

Para mi todo esto es innovar y crear, no solo la I+D tecnológica que también se puede dar en el medio rural, donde una empresa que se dedica a la transformación del corcho, utiliza el polvo que sale de esa transformación para producir energía.

Para crear e innovar, sólo hace falta imaginación y creer en la idea que cada uno tiene en la cabeza. Y nada mejor en tiempos de crisis, que poner en marcha las neuronas. Cualquier idea, por descabellada que parezca puede convertirse en realidad y los habitantes del medio rural están más acostumbrados a luchar contra las dificultades.

¡¡¡Innovemos y seamos creativos!!!!


Manuel Garrancho
Europe Direct CEIPREX. Extremadura

miércoles, 6 de mayo de 2009

Educar en la creatividad



Habitualmente se tiende a pensar que innovación y creatividad son sinónimos de investigación; y en cierto modo, investigar es ante todo un ejercicio de creatividad. Investigar es ver lo que los demás no ven y pensar lo que los demás no han pensado.

Desde siempre hemos valorado las sociedades que tienen reconocidos investigadores, que destinan grandes presupuestos a la I+D, y además las consideramos como sociedades más avanzadas. Pero esos investigadores fueron niños, y seguramente ya entonces tenían las mentes despiertas, porque educar en la creatividad es educar mentes abiertas, predispuestas al cambio, es formar personas con visión de futuro; personas con dotes de originalidad y listas para afrontar los obstáculos y problemas que se les van presentado en su vida cotidiana.

Además, educar en la creatividad es ofrecer las herramientas necesarias para impulsar la innovación, estimulando la capacidad de generar respuestas que provoquen los cambios que cada sociedad, especialmente en tiempos de crisis, es capaz de imaginar, soñar, proponer, crear.

Es por eso que debemos ser conscientes de la importancia de cultivar, ya desde la más tierna infancia, en casa, en la escuela, la confianza en si mismo, la apertura mental, la originalidad, el plantearse preguntas sin respuesta. Así se irá propiciando un pensamiento creativo, en el que no cabe el miedo al ridículo; sino más bien a interiorizar que toda idea soñada puede ser una idea posible.
Creatividad es la capacidad de generar ideas, productos novedosos y comunicarlos, darlos a conocer, transcendiendo así en el lugar y el tiempo. Por ello, es necesario educar a los más pequeños en la creatividad, y darles las herramientas para que sean capaces de enfrentarse con lo nuevo y darle respuesta; hay que enseñar a no temer el cambio, a convertir los obstáculos en oportunidades y no en amenazas. Una educación en la creatividad es una educación que valora la imaginación, que enseña a tolerar la ambigüedad y la incertidumbre.

Cada alumno que salga de una escuela formada con esta visión, será una persona con capacidad para crear, para proponer ideas innovadoras y que tendrá una actitud flexible y transformadora ante el mundo, rompiendo murallas o barreras para edificar la nueva sociedad del mañana, que esperemos sea más integradora, solidaria, respetuosa y abierta con las necesidades de todos.
Samanta García-Carro
ED Galicia - Centro Europeo de Información y Animación Rural

miércoles, 15 de abril de 2009

La innovación era eso


Cuentan que cuando llegaba la hora de morir, el ave Fénix hacía un nido de especias y hierbas aromáticas, ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía. El Fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma ave Fénix, siempre única y eterna. Sobrevivía.

El mundo rural sabe de crisis, de cenizas, resurgimientos y transformaciones. No es la primera vez que se enfrenta a momentos definitivos, dejando como sacrificio parte de su propia esencia.

En los años 60, la población rural cambió este país. Fueron los contingentes de hombres y mujeres de nuestros pueblos que emigraron a las ciudades quienes hicieron posible la Revolución Industrial que la dictadura retrasó incomprensiblemente. Gracias a sacrificar sus raíces rurales España se hizo urbana y se hizo moderna.

Fueron también nuestros hombres y mujeres quienes respondieron a la llamada de una Política Agraria Común para lograr la autosuficiencia alimentaria en Europa que nos librara del fantasma de la escasez. La cultura campesina respondió, se modernizó de tal modo que en poco tiempo fue capaz de producir más de lo que la sociedad necesitaba. En este proceso innovador sacrificó sus conocimientos ancestrales y el vínculo con la tierra que garantizaba el futuro para sus hijos y para los hijos de sus hijos.

Fueron ellos quienes, siguiendo nuevas directrices comunitarias, fueron capaces de vincular su posición en la sociedad a dictámenes cambiantes que aseguraban ingresos sólo por plantar determinados cultivos (aunque no se vendieran), por alojar visitantes urbanos o por mantener el paisaje y haber percibido ayudas en otros tiempos (aunque ahora ya no produjeran nada). Y en ello, la gente del campo perdió el vínculo social que le otorgaba valor en función a su papel productivo.

Hoy miramos con temor a una crisis que exige nuevos y grandes cambios. El mundo rural, mermado y desorientado, le hará frente como siempre lo ha hecho. Ningún tiempo pasado fue mejor pero quizá sería deseable que esta vez fuera el resto de la sociedad quien tomara nota de la importancia de las raíces y del vínculo con la tierra. Quizá evitemos hogueras innecesarias actualizando los valores de la sabiduría campesina vinculados a la actividad productiva frente a la insostenibilidad flagrante de la especulación financiera.




Alfonso Troya
Europe Direct - CEIP La Rioja







lunes, 6 de abril de 2009

La innovación impulsora de cambios



Cuando pensamos en innovación, “a voz de pronto” se nos viene a la cabeza empresas con montones de empleados y delegaciones a nivel mundial; innovaciones tecnológicas, aplicaciones de sistemas robóticos, inteligencia artificial, Biotecnología, etc. Aspectos que solo pueden llevar a cabo grandes corporaciones industriales por el montante financiero que implica el desarrollo de este tipo de actuaciones; pero no se nos ocurre pensar en nuestro medio rural como foco auténtico de innovación.

Si solo observamos del medio rural lo que nos aparece a primera vista, podemos encontrar en muchos casos una bella estampa, a veces bucólica, de una sociedad tradicional en la que los avances son lentos y dilatados en el tiempo, pero si rascamos un poco más en esa primera imagen y nos adentramos y convivimos con la sociedad del medio rural, podremos comprobar que nos encontramos ante una realidad “viva” de trabajo diario, de lucha por la mejora continua, de realidades y retos que se van superando día a día con el esfuerzo, en muchos casos, de toda la ciudadanía, de necesidades locales existentes que para paliarlas se necesitan altas dosis de creatividad. Por esto y para superar los retos que se plantean se necesita un esfuerzo continuado de innovación y de creación, ya que el medio rural y más concreto sus habitantes cada día aportan algo nuevo y quieren seguir aportándolo.

Innovar, a fin de cuentas, es renovar, introducir cosas nuevas, cambiar determinada manera de hacer. Aplicado al medio rural, significa la creación de nuevos productos o servicios, adaptados al territorio y a sus habitantes, o a la puesta en marcha de nuevos tipos de gestión, métodos o formas de organizarse; es el medio de hacer frente a los principales desafíos a los que se enfrentan nuestros territorios rurales.
La innovación en el medio rural aparece como impulsora de cambios tanto sociales como estructurales y como facilitadora de adaptaciones necesarias para el logro de un desarrollo sostenido y sostenible de los territorios.


Carmen Santisteban
Europe Direct Cuenca




lunes, 16 de marzo de 2009

Las tres Pés de la Creatividad


Érase una vez un búho que desde su árbol observaba curioso la actividad de los pueblos de la comarca. Veía cómo poco a poco se quedaban sin humanos, cómo aquellos que aún permanecían, cada vez hacían menos cosas juntos, y cómo la gente joven pasaba cada vez más horas delante de los ordenadores y cada vez menos jugando en las calles.

Un grupo de grullas le contó que por tierras del Sur, la pasada migración existía una comarca rural llamada “Creatividad”. Las gentes de esa tierra cada día vivían mejor y sus pueblos cada vez estaban más poblados de parejas, jóvenes, niños, niñas y, por supuesto, de las personas mayores del lugar, que parecían renacer viendo como se llenaban de vida de nuevo sus pueblos.

Alarmado ante la situación de su comarca e inquieto por conocer aquella otra llamada “Creatividad” decidió extender sus alas y emprender un viaje al Sur.
Lo había estado pensado muchas noches y llegó a la conclusión que había que intentarlo. Por duro que fuese el viaje, el secreto de “Creatividad” podría servir para mejorar la calidad de vida de las personas, animales y bosques de su comarca; y así evitar, entre otras cosas, que la gente joven quisiera irse a las ciudades.

El viaje fue largo y por el camino observó cómo su comarca no era la única que presentaba esa triste situación, el mal afectaba a un territorio mucho más amplio. En los momentos de duda se preguntaba ¿existirá de verdad “Creatividad”? Y si existe ¿cómo la reconoceré?

Pero las respuestas a sus preguntas surgieron por sí solas. Un día escuchó desde el aire un sonido que casi había olvidado: el llanto de un recién nacido. Cuando lo reconoció, decidió acercarse al lugar pero según se acercaba escuchó nuevas voces: niñas y niños reían mientras un grupo de mayores les contaban historias del lugar. Era tal la cantidad de colores, olores, personas, animales, etc. que veía que casi se llegó a marear, de tanta felicidad que respiraba. Esto huele a “Creatividad”, pensó.

Mientras aleteaba para reducir la velocidad de aterrizaje preguntó a las personas que allá estaban dónde podía encontrar a alguien que le contara cómo se había conseguido ese milagro de “Creatividad”. Estas corrieron a llamar a la Señora Lechuza, que en cuanto supo de la llegada de este sorprendente visitante acudió a su encuentro y le invitó a su casa.

Estuvieron largos días hablando y la Señora Lechuza estuvo encantada de compartir su sabiduría y experiencia.

Estos son los consejos que el ilusionado Señor Búho se llevó de vuelta a casa para contarles a los humanos:

Recuerda las tres Pés:

1. Pensamiento Individual: todas las personas podemos ser creativas y todas tenemos un pensamiento propio, todas las opiniones son válidas y respetables.

2. Participación colectiva: es necesario que las ideas individuales se trabajen de manera conjunta. Para ello debes reunir a gente diversa con quién buscar soluciones. Hombres y mujeres, mayores, jóvenes y niños, de aquí y de allá, con estudios o sin ellos, etc. deben dialogar juntas.

3. Paciencia: las soluciones no son fáciles ni inmediatas, para conseguir un proyecto sólido y que pueda tener futuro hay que tener presente que hay un proceso de gestación, desarrollo y crecimiento previo; antes de ver los frutos hay que conseguir fuertes raíces.

Arantxa Rodríguez
Europe Direct de Cederna Garalur